Roberto Lorente es un gran profesional. Se toma su trabajo muy en serio y quiere que todo resulte como está planificado. Es meticuloso y preciso. A esas capacidades suma su inteligencia emocional y social que le permite desenvolverse magnificamente con equipos de trabajo tanto grandes como pequeños. Domina distintas disciplinas dentro de la técnica de las artes escénicas y se especializa en la iluminación tanto en la parte de implementación como de diseño. Su trato es amable y asertivo. Siempre en busca de la solución mejor, siempre en colaboración con el equipo, siempre trabajando para hacer brillar el resultado escénico.

La iluminación es una de las múltiples patas que forman la producción de un espectáculo. Tener capitaneando esta parte de la nave a Roberto Lorente con su pulcritud y perfeccionismo es siempre una garantía. Roberto empezó hace ya unos cuantos años a trabajar en Nacho Vilar Producciones, cinco para ser exacto, su pasión por el oficio, su capacidad de coordinación y gestión de los equipos de trabajo, su organización milimétrica y meticulosa junto con su afán de aprendizaje y superación hace que su trabajo sea arte.

He tenido el gran placer de trabajar con Roberto Lorente en muchos proyectos y espectáculos y solo puedo decir cosas buenas de él. Roberto es un técnico excepcional, que domina su oficio con maestría y creatividad. Siempre está dispuesto a colaborar con el resto del equipo, aportando soluciones creativas y consejos para la mejora del resultado final. Tiene una gran capacidad de liderazgo, que le permite coordinar a los demás técnicos con eficacia y respeto. Además, es una persona que se entrega al máximo en cada trabajo, demostrando un gran esfuerzo, dedicación y buen hacer. Es un profesional que ama lo que hace y se nota en el resultado final. No puedo más que recomendar sus servicios y expresar mi cariño y admiración hacia él.

Roberto es uno de los mejores técnicos de iluminación con los que he trabajado, durante mucho tiempo ceder esas acciones dentro de un montaje escénico me resultaba difícil y complicado, pues la parte plástica en mis obras está muy medida y en algunos aspectos se necesita cierta precisión, al ser yo el director e iluminador, ceder ese tipo de responsabilidad me resultaba casi imposible. Roberto ha sido uno de esos pocos técnicos a los que fui cediéndole ese territorio por su increíble profesionalidad, rigor y precisión. Era capaz de ejecutar milimétricamente cada una de las acciones que le pedía. Descubrí en él además a una persona que tiene claras sus funciones y conoce perfectamente el modo y el lenguaje para conseguir el mismo resultado en todos los espacios. Respeta las parcelas de creación de los demás y ofrece apuntes para mejorar el conjunto de la obra, porque su continua sed de conocimiento hace que ningún bolo sea un puro trámite. Habla un lenguaje claro y directo que le hace tener una asertividad perfecta que consigue siempre la mejor relación posible con los espacios escénicos que visita.